Heraldos del Evangelio se pronuncian sobre supuesto cierre de colegios

El último decreto del cardenal Braz de Aviz revela una vez más su animosidad hacia la asociación. ¿Cuál es su causa?


Como ya ha sido ampliamente divulgado, los Heraldos del Evangelio recibieron una visita apostólica en los años 2017-2019 cuyos resultados fueron favorables a la asociación privada de fieles, sin implicar cualquier razón plausible para la conducción de un comisariado. Sin embargo, por iniciativa de sede no competente, esto es, la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, se puso en marcha el comisariado, con especial participación de su prefecto, el Cardenal João Braz de Aviz, conocido antípoda de la institución.

El comisario designado, Cardenal Raymundo Damasceno Assis, estaba conduciendo el comisariado de modo tranquilo, incluso considerando el conturbado período de pandemia. En efecto, las noticias indicaban que los Heraldos del Evangelio continuaban con las mismas actividades de siempre, acrecentadas con la ayuda en la distribución de alimentos a familias afectadas por la pandemia.

En ese ínterin, es sabido que la campaña anti-Heraldos continuaba por internet. Al mismo tiempo, las investigaciones al respecto de las alegaciones divulgadas por los medios continuaron su curso. Pues bien, la oficina de prensa de los Heraldos nos informó que todas las denuncias escrutadas por la justicia civil, ya sea en Brasil o en el exterior, hasta ahora resultaron improcedentes, es decir, a favor de la asociación. De hecho, la tan publicitada investigación por parte del Ministerio Público fue archivada el pasado 26 de agosto, “pues – menciona la nota aclaratoria de la asociación – los hechos no fueron probados, como no podrían serlo, ya que no ocurrieron”.

Los padres y tutores conocen los hechos

Ahora ya ha sido noticiado un decreto del 22 de junio de 2021 de elaboración del Card. Braz de Aviz, que supuestamente cerraría los colegios fundados por inspiración de los Heraldos del Evangelio y dirigidos por un conjunto de padres y responsables. La entidad explica que tal determinación no es aplicable por ninguna autoridad eclesiástica, sino por “órganos vinculados al Ministerio de Educación, Secretarías de Educación Estatales o Municipales, previo debido proceso legal”. Además, la asociación explica que la decisión de acoger a menores compete primordialmente a los padres y / o responsables.

El hecho es que el decreto alega que los alumnos no tendrían suficiente contacto con sus padres. Sin embargo, los Heraldos del Evangelio informan que se recogieron 2.583 (dos mil quinientas ochenta y tres) firmas de los legítimos padres o responsables de los alumnos, quienes, con conocimiento de causa, no se sienten representados en la referida decisión. En efecto, las comunicaciones desfavorables que supuestamente habrían llegado a la mesa del Cardenal ciertamente no provienen de los auténticos padres, ya que su totalidad apoya la permanencia de sus hijos en la institución.

¿Con qué derecho?

El decreto menciona, en efecto, la anómala privación de libertad de los estudiantes para eventualmente permanecer en las residencias de la entidad. Los Heraldos, por su parte, comunican que el decreto atropella uno de los más sagrados derechos naturales, esto es, el derecho y deber de los padres de educar a su prole de acuerdo con sus propias convicciones; hiere el derecho civil, que tutela el ordenamiento de la educación básica; e infringe frontalmente el propio Derecho Canónico (en particular el Cann. 50) y el acuerdo Brasil-Santa Sede, además del sentido común.

No es de extrañar que los eminentes juristas Dr. Ives Gandra da Silva Martins y Dr. Dircêo Torrecillas Ramos radicaran un parecer el 30 de agosto de 2021 al Cardenal Braz de Aviz, explicando que el referido decreto “se basó en premisas genéricas, que no coinciden con la realidad de los hechos – interfiere en asunto ajeno al Derecho Canónico”, además de adentrarse en “un campo cuya reglamentación y respectiva tutela son de atribución de autoridades civiles brasileñas”. Finalmente, los juristas esperan que sean empleados “todos los esfuerzos para que se haga justicia y se restablezca el diálogo, en beneficio de los Estudiantes Heraldos adolescentes, sus padres, la sociedad y la propia IGLESIA, respetando el Estado de Derecho”. Los Heraldos del Evangelio igualmente mencionan que también se pronunciaron otros jurisconsultos.

¿Una aberración jurídica histórica?

Desde los primeros estruendos mediáticos contra los Heraldos del Evangelio hasta hoy, la congregación encabezada por el Cardenal Braz de Aviz no ha realizado cualquier tipo de investigación. Según nuestras fuentes, fueron realizadas investigaciones internas independientes por parte de los propios Heraldos a fin de averiguar la realidad de los hechos. Pues bien, todas las alegaciones se revelaron fraudulentas, ya que efectivamente fueron realizadas de manera coordinada por un grupo malhechor, mediante la obtención de ventajas económicas (coimas). Por otra parte, el propio poder civil concluyó que las acusaciones carecían de fundamento, inclusive en algunos casos revirtiendo en proceso judicial contra los calumniadores.

Pues bien, si se confirma la aplicación del decreto, se estaría ante una de las mayores aberraciones jurídicas de la historia eclesiástica. En efecto, el pasado lamentablemente atestigua el hecho de que el poder civil persiguió y aún persigue a la Iglesia en muchas partes del mundo. Por otro lado, en ciertas ocasiones, el mismo poder civil se alió con sectores de la propia Iglesia para perseguir a inocentes, como en el infame juicio de Santa Juana de Arco. Sin embargo, nunca se ha escuchado que la Iglesia (o un sector de ella) haya declarado una sanción a un organismo eclesiástico, ¡incluso cuando el poder público ha declarado su inocencia!

En el célebre escándalo mediático contra la Escola Base en São Paulo en 1994, el caso más conocido de fake news en Brasil, el delegado de policía, cuando se le preguntó cuáles serían las pruebas contra los dueños de la escuela, respondió: “La investigación es la prueba”. Bueno, en el caso de los Heraldos, ni siquiera hay una investigación y aun así, ¡se impone una sanción!

Rígidamente contra la rigidez

De hecho, según nuestras fuentes, el Cardenal Braz de Aviz, en misiva enviada al Cardenal Damasceno el 16 de febrero de 2021, solicita que cesen los procesos judiciales movidos por los padres de los adolescentes Heraldos contra los calumniadores. Ahora bien, si esto es cierto – y todo indica que lo es –, eso sin duda revela un juicio por lo menos unilateral por parte del cardenal brasileño. En realidad, de lo que los padres oídos por nuestra reportería se quejan no es la falta de contacto con sus hijos, sino un contacto con el propio Cardenal, el cual, durante varios años, siempre se recusó en atenderlos.

En cualquier caso, incluso si la disciplina en los Heraldos del Evangelio no está de acuerdo con los deseos del Cardenal Braz de Aviz (según él, “excesivamente rígida”), cabe preguntarse por qué los Proverbios (23, 13) interpelan : “No vaciles en corregir a un niño”. Más bien, es necesario preguntarse: ¿por qué será que él tiene todo ese mal humor contra la disciplina? ¿Será para proteger a sacerdotes corruptos con niños, como él mismo admitió haber hecho en el pasado? Como dijo San Pablo a Tito (1,15): “Todo es puro para los puros”. Ya para los impuros…

Por Saúl Castiblanco

Redacción (07/09/2021 07:37, Gaudium Press) 

Una invitación de nuestros amigos de Hozana para el verano

Felices los artesanos de la paz

«Felices los artesanos de la paz, pues serán llamados hijos de Dios » (Mateo 5; 9). Jesús, a través de las bienaventuranzas, nos enseña las vías de la santidad. Para ser llamados hijos de Dios, como él, nos invita a ser artesanos de la paz.

Con esta expresión, comprendemos que la paz no es algo que uno tiene o no tiene. Es como una obra que hay que ir construyendo, elaborando, puliendo con paciencia y amor. Como el artesano con su obra, esto exige dedicarle talento, energía, tiempo. ¿Qué necesitamos para ponernos manos a la obra?

-Como cualquier buen artesano, tenemos que estar formados, equipados. Ser un artesano de la paz no se improvisa, necesitamos estar preparados. Esto requiere acoger en nosotros la paz de Dios. «Mi paz os doy, mi paz os dejo» (Juan 14.27). Saber nosotros mismos acoger el don de Dios, su misericordia, pedir perdón, a Dios y a aquellos a los que ofendimos, es un primer paso importante. El sacramento de la confesión nos ofrece esta paz.

-Como cualquier buen artesano, hay que saber encontrar la materia adecuada y renovarla siempre. Para esto, podemos pedirle ayuda al Espíritu Santo para que nos infunda cada día su aliento de paz como en la oración del Veni Creator: «Apúrate en darnos la paz». Podemos también recitar regularmente la hermosa oración de San Francisco: «Señor, haz de mí un instrumento de tu paz»

-Finalmente, como cualquier buen artesano, hay que poner manos a la obra con todo su ser; no contar ni su tiempo ni su esfuerzo. «Si es posible, en la medida en que dependa de vosotros, vivid en paz con todos los hombres» (Romanos 12:18). Hay que pulir nuestras palabras, nuestros actos, nuestros pensamientos para que irradien esa paz cada que se halla la división o el conflicto – en nuestras familias, nuestros lugares de trabajo, de vida – y que se conviertan en bendiciones.

¡Entonces, seremos llamados hijos de Dios!

En este año dedicado a San José, santo patrono de los artesanos, pidámosle ser nuestro maestro artesano.

La imagen de la Virgen de Fátima en el colegio Edith Stein.

El pasado viernes 14 de mayo los Heraldos del Evangelio tuvieron la alegría de llevar la imagen de la Virgen de Fátima al colegio Edith Stein en Madrid.

Fiesta de Nuestra Señora de Fátima en Gijón

El 14 de mayo, un día después de la fiesta de Nuestra Señora de Fátima, se celebró en la basílica del sagrado corazón de Jesús en Gijón una misa presidida por el señor arzobispo de Oviedo Don Jesús Sanz Montes 

Conmemoración del 13 de mayo

El pasado 13 de mayo tuvo lugar en la Catedral de la Almudena una ceremonia en honor a la Virgen de Fátima.

El Cardenal Arzobispo de Madrid, D. Carlos Osoro Sierra presidió anoche el Funeral por el padre Gonzalo Raymundo Esteban, E.P. en la Parroquia de San Ginés. Concelebraron con el Purpurado, el Obispo emérito de Carora, Venezuela, Mons. Luis Alfonso Tineo, diez y seis sacerdotes de Madrid y el Deán de la Catedral Primada de Toledo.

En su Homilía el Cardenal Osoro recordó que había conocido al padre Gonzalo Raymundo en Asturias, siendo Arzobispo de Oviedo, antes de que el Padre Gonzalo fuese sacerdote y que desde allí supo valorar su disponibilidad y entrega a la Iglesia que lo llevaría después, a ser misionero en América. “Para mí es una gracia poder escuchar la Palabra del Señor. Poder durante este tiempo, a partir de que me enteré de su enfermedad y de su estancia en el Hospital rezar por él, estar al tanto de cómo iba evolucionando su vida. Y sobretodo el modo con que afrontó ese momento de su vida, en el que él sabía que estaba cerca el momento de entregársela al Señor.

Es precioso y muy bello poder proclamar la grandeza del Señor -como hace un momento escuchábamos en el Salmo Responsorial- porque al fin y al cabo, esto es lo que intentáis hacer con vuestra vida y con vuestro carisma los Heraldos: proclamar esa grandeza, en circunstancias diversas . Pero además, esa grandeza la sabéis entregar acercando a nuestra vida a la Santísima Virgen María, que es la que mejor, con más intensidad, con más fuerza, con más hondura supo proclamar la grandeza del Señor, tal como nos dice ese canto precioso, que tantas veces repetimos entre nosotros como es el Magnificat”.

¿Conocías esta historia sobre San José?

Dos días después terminaba una oración de treinta días para pedir cosas imposibles al Santo Patriarca y un avión se partió en dos al aterrizar en una ciudad de España con casi cien personas: el piloto era mi hermano.

Novena a San José, maestro de virtudes.

A muchos Dios les exige poco, a otros más y a algunos todo. De San José Dios pidió todo sin condiciones y él le respondió con una entrega sin comparación.

Cuaresma: tiempo para renacer

“Durante la Cuaresma –que comienza el Miércoles de Ceniza y termina el Domingo de Ramos- los cristianos recordamos que somos un pueblo que quiere ir buscando su buen “tono musical” para ser buena música. Sin descanso, con su Palabra y con su amor, Jesús será esa clave que nos ayudará a dar el tono adecuado a nuestra melodía, a nuestra vida. Es tiempo de afinar bien nuestra vida.

Es un tiempo en el que no debemos temer avanzar y encontrar que necesitamos seguir afinando muchas cosas de nuestra vida que tenemos desafinadas, porque no hacemos el bien, no buscamos estar tiempos con Jesús, porque no compartimos o somos egoístas… Con Jesús que nos da la Clave, sabemos que la melodía sonará a la alegría y la esperanza de la Pascua y que esa alegría no se acabará jamás.

Cuarenta días de camino interior que lleva a la plenitud de sentirnos amados por un Dios que apuesta por el ser humano. Por eso, Cuaresma es sinónimo de transformación, de seguir la invitación de Jesús a Nicodemo, para nacer de nuevo en el Espíritu.

Hozana propone un retiro en línea muy llamativo para vivir esta Cuaresma llamado “Renacer y Crecer”, una serie de cuarenta meditaciones en audio, presentadas en cinco etapas, una por semana, del 17 de febrero al 4 de abril. A lo largo de este camino, los participantes serán invitados a trabajar de manera creativa su transformación de la mano de Dios.

 

Este retiro será animado por el padre jesuita Luis Raúl, quien propone desde ya unas pistas de reflexión para iniciar en gran camino de Cuaresma:

 

  1. La Cuaresma es desierto. Es sequedad, soledad, ayuno, austeridad, rigor, esfuerzo, penitencia, peligro, tentación…
  2. La Cuaresma es perdón. Las historias bíblicas son un menú continuo de ello.
  3. La Cuaresma es encuentro, es abrazo de reconciliación como en la parábola del hijo pródigo o en la conversión de Zaqueo o en el diálogo de Jesucristo con la mujer adúltera.
  4. La Cuaresma es luz, como se pone en evidencia, por ejemplo, con el evangelio del ciego de nacimiento.Es el tránsito de las tinieblas a la luz. Jesucristo es la luz del mundo.
  5. La Cuaresma es salud, símbolo manifestado en textos como la curación del paralítico o la sanación del criado del centurión.
  6. La Cuaresma es agua. Es el tránsito de la sed de nuestra insatisfacción al agua viva, el agua de Moisés al pueblo de Israel en el desierto o de Jesús a la mujer samaritana.
  7. La Cuaresma es superación victoriosa de las pruebas y dificultades. Es liberación, triunfo. Algunas figuras bíblicas, que sufren graves peligros y vencen en la prueba…
  8. La Cuaresma es cruz. Signo y presencia permanente durante todo este tiempo… no para quedarnos en lo doloroso, sino en cambiar el luto en danza, dar el paso a la luz…
  9. La Cuaresma es transfiguración. Renovación desde dentro a fuera y ser reflejo que se lleva la luz por dentro y se evidencia en el amor, servicio, entrega….
  10. La Cuaresma es esfuerzo por quitar el fermento viejo e incorporar la levadura nueva de la Pascua resucitada y resucitadora… fuerza activa de vida nueva.

 

Renacer de las cenizas…es la vida nueva que viene de dejar a Dios ser Dios en nosotros y disponer la vida y la historia para retomar el camino de la plenitud.

Este tiempo de cuaresma ofrece a la luz de las lecturas del calendario eclesial la oportunidad de madurar en la vida de fe por medio de un camino de oración diaria, para asumir la crisis y crecer cual creaturas amadas del Dios de la vida.

 

Padre Luis Raúl Cruz, S.J. de Hozana

¿Cuál es el significado de la Ceremonia de la Ceniza?

Ya en el Antiguo Testamento los hombres se cubrían de cenizas cuando querían expresar su dolor y humillación.

La Iglesia nos indica, en las oraciones que recitan sus ministros, el significado que tiene la ceremonia del miércoles de ceniza: “Oh Dios que no queréis la muerte del pecador sino que se convierta, escuchad con bondad nuestras oraciones y dignaos bendecir estas cenizas que vamos a colocar sobre nuestras cabezas. Y así, reconociendo que somos polvo y al polvo volveremos, consigamos mediante la observación de la Cuaresma, obtener el perdón de los pecados, y vivir una vida nueva a semejanza de Cristo Resucitado”. Así pues que es la Penitencia lo que la Iglesia nos quiere enseñar mediante la ceremonia de ese día.

Algo de Historia

Ya en el Antiguo Testamento los hombres se cubrían de cenizas cuando querían expresar su dolor y humillación, como se puede leer en el libro de Job. En los primeros siglos de la Iglesia, los penitentes públicos, se presentaban ese día a los obispos o a los penitenciarios: pedían perdón revestidos de un saco, y como señal de su contrición se cubrían las cabezas con ceniza. Pero, como todos los hombres son pecadores, dice San Agustín, esa ceremonia se extendió a todos los fieles, para recordarles el precepto de la Penitencia. No había excepción alguna: pontífices, obispos, sacerdotes, reyes, almas inocentes, todas se sometían a esa humillante expresión de arrepentimiento.

Tengamos los mismos sentimientos: deploremos nuestras faltas al recibir de las manos del ministro de Dios la ceniza bendita por las oraciones de la Iglesia. Cuando el sacerdote nos diga “recuerda que eres polvo y al polvo has de volver” o “convertíos y creed en el Evangelio” mientras nos impone la ceniza, humillemos nuestro espíritu por el pensamiento de la muerte que reduciéndonos al polvo, nos pondrá bajo los pies de todos. Así dispuestos, lejos de complacer nuestro cuerpo destinado a deshacerse, nos decidiremos a tratarlo con dureza, a refrenar nuestro paladar, nuestros ojos, nuestros oídos, nuestra lengua, todos nuestros sentidos; a observar en lo más posible el ayuno y la abstinencia que la Iglesia nos prescribe.

El pecado mortal, la muerte del alma

Dios mío, inspiradme verdaderos sentimientos de humildad, mediante la consideración de mi nada, de mi ignorancia y de mi corrupción. Dadme el mayor arrepentimiento posible de mis iniquidades, que hirieron vuestras infinitas perfecciones, contristaron vuestro corazón de padre, crucificaron a vuestro Hijo dilecto, y me causaron un mal mayor que la pérdida de la propia vida del cuerpo, puesto que el pecado mortal es la muerte del alma y nos expone a una muerte eterna.

La Iglesia siempre amonestó a sus fieles a no contentarse solamente con las señales externas de la penitencia, sino también a embeberse del espíritu y los sentimientos de esta. Ayunemos –dice la Iglesia- como el Señor desea, pero acompañemos el ayuno con lágrimas de arrepentimiento, postrándonos ante Dios y deplorando nuestra ingratitud en la amargura de nuestros corazones. Pero esa contrición, para ser provechosa debe estar acompañada de confianza. Por eso la Iglesia siempre nos recuerda que nuestro Dios está lleno de bondad y misericordia, siempre listo a perdonarnos, lo que es un fuerte motivo para esperar firmemente la remisión de nuestras faltas si de ellas nos arrepentimos. Dios no desprecia jamás un corazón contrito y humillado.

Ser generoso, confiando en Dios

La liturgia termina exhortándonos a que tomemos generosas resoluciones confiando en Dios: “Pecamos, Señor, porque nos olvidamos de Vos. Volvamos otra vez al bien antes que la muerte llegue y ya no haya tiempo. Óyenos Señor, ten piedad porque pecamos contra Vos. Ayúdanos oh Dios Salvador, por la gloria de vuestro nombre, libertadnos”. El pensamiento de la muerte nos invita a vivir todavía más santamente, ¡y cuán eficaz es recordar eso!

Al borde de la tumba y a la puerta del Supremo Tribunal, ¿quién se atrevería a enfrentar a su Juez, ofendiéndolo y rechazando el arrepentimiento o viviendo en la negligencia, la tibieza y la relajación? Coloquémonos espiritualmente en el que va a ser nuestro lecho de muerte y armémonos de los sentimientos de compunción que para ese momento quisiéramos tener. Depositad vuestra confianza en la misericordia divina, en los méritos de Jesús y en la intercesión de la divina Madre. Prometamos al Señor:

– 1° cortar pensamientos, conversaciones y toda clase de procederes que le desagradan;

– 2° vivir cuanto sea posible en la soledad, en el silencio y, sobre todo, en el recogimiento interior que favorece vuestro espíritu de oración y os separa de todo lo que no es Dios.

(Adaptado de Miércoles de Ceniza, en “Meditaciones para todos los días del año”, P. Luis Bronchaín CSSR, Petrópolis, Editora Vozes, 1.949 – 2ª. Edición en portugués, pags. 132-134)

Redacción (17/02/2021 12:32, Gaudium Press)