El sábado 18 de julio, después de una metódica preparación por internet con los Heraldos del Evangelio, un nutrido grupo de D. Benito, Badajoz, así como de Ciudad Real y de Villanueva de la Serena, hicieron la Consagración a Jesucristo, por manos de María, en la Basílica de nuestra Señora de Guadalupe, patrona de Extremadura y Reina de las Españas, devoción tan arraigada en nuestra nación como allende el mar.

Con gran emoción, a los pies de la Virgen, dieron su sí a esta entrega efectiva queriendo imitar a María en su esclavitud de amor a su Hijo Jesús.

Un grupo más de hijos y esclavos de amor que, en el marco de esta terrible pandemia, ha suscitado la providencia para incrementar esta “nueva Compañía, para renovar por ella todas las cosas y para acabar por María los años de la gracia, como los habéis comenzado por ella.”